Casa de Las Claritas

Muchas son las casas del Siglo XVIII y XIX que dan un empaque especial a este pueblo, sin apenas casas solariegas, como ésta que cierra con su ordenada fachada al sur, un amplio espacio urbano muy bien definido por sus casas adosadas al monte y sus empedrados.

Bajo ésta se abre una amplia avenida que pudo ser el eje urbano del municipio. Se sabe que en en 1868 se procedió a un empedrado general del pueblo por suscripción y prestación personal, tambien hay constancia de este hecho en 1880 y que durante el primer tercio del siglo XX se urbanizó y se construyeron los muros tal y como los conocemos.

Esta casa destaca por su perfecta ejecución en planta cuadrada, y su simetria en la fachada con perfectos sillares en puerta, esquinazos y ventanas. Se advierte mayormente la presencia de piedra de arenisca roja, cuya cantera pueden observar en el monte de enfrente, con los cortes sufridos durante siglos. Esta piedra es resistente, se trabaja bien y su color procede del alto contenido en hierro.

 

 

Esta piedra junto con el canto o bolo rodado es la combinación constructiva de la mayoría de las casas, y cuya estilo se ha conservado hasta nuestros días.

La técnica consiste en utilizar la piedra roja para los sillares en esquinas y vanos, y el canto rodado para la mampostería, bien buscándole la cara buena o forzándola.

El empedrado de los portales

El portal de la vivienda todavía presenta parte del empedrado original, y hay constancia de la existencia de un pozo interior. Muchas de las casas de Viniegra de Abajo de esa época y anteriores presentan empedrados como pavimento interior. Algunos de ellos realmente espectaculares, dignos de poner en valor. El hecho de que se hayan mantenido hasta nuestros días se puede sustentar en la adversa climatoligía del municipio, la temperatura media anual se sitúa en torno a los ocho grados y medio, los inviernos son largos y muy fríos, y los portales, muchos de ellos sin cimientos, presentan altos nveles de humedad.

Es por eso que, a diferencia de otros municipios, los bajos no se han habilitado para vivienda, sino que para esta función se sigue utilizando mayormente la primera planta, y las habitaciones en las superiores, quedando los portales con sus antiguos empedrados, que además de su belleza, permiten supurar la humedad.

Su historia

La casa tiene el aspecto de habese construído para una gran familia ganadera, devenida en crisis a partir del siglo XIX y forzados a emigrar.

Por la documentación aparecida y la tradición oral, la casa parece tener su origen en la familia Blazquez importantes comerciantes en Cuba, en el tráfico marítimo de azúcar y otros productos de las isla. Los herederos que la habitaron fueron rentistas, lo que da verosimilitud al hecho.

En la actualidad la casa es disfrutada por la familia Reina López que la compró a sus últimos herederos.