Era hijo del primer matrimonio de Vicente Salaverri, con Lorenza Martínez. Emigró a Argentina coincidiendo con Víctor Fernández Villar en distintos destinos (1). Al igual que este, después de varios arios de permanecer en Argentina como dependiente en distintos comercios, cambio ese oficio por el de periodista y escritor. En 1913, como periodista del diario La Razón de Uruguay, realiza un viaje divulgativo por España, y en agosto de 1913 da una serie de conferencias en La Rioja.
El 5 de agosto de 1922 publicaba en el Semanario Ilustrado de Buenos Aires “Caras y Caretas”, el artículo sobre geografía, usos y costumbres de Viniegra de Abajo, con el título, “La Argentina en España, un pueblo de indianos”, con el seudónimo de Antón Martin Saavedra, que envió a Víctor o a Viniegra, ya que se reprodujo en el Najerilla en el mes de setiembre del mismo año. Antes de colocarse, en 1925, en las dependencias del Boletín Oficial del Estado en Montevideo, como oficial primero, había acreditado ya su condición de escritor y periodista inteligente y culto, con libros como “Este era un país…” y “El manantial”. En la prensa se destacó como cronista ágil y vivaz, y de espíritu moderno, virtudes a las que unió una laboriosidad ejemplar. Durante varios años perteneció en la redacción de “El Día” y “El Ideal”.
Dadas sus cualidades llego a ser director del Boletín del Estado hasta su jubilación. Supo compaginar su trabajo en el Boletín, órgano de información del Gobierno de Montevideo, con el de escritor de artículos en distintos medios, y publicación de obras. Atendió con eficacia, no solo la parte propiamente periodística, sino también la organización técnica y comercial de esta empresa estatal, en la que puso, junto con su reconocida inteligencia, una perseverancia y tesón característicos de su persona. Tuvo así mismo a su cargo el Registro Nacional de Leyes, obra a la que dio aliento seleccionando sus documentos con clara visión.
Con motivo de su jubilación sus colaboradores y personal de la oficina, en la que actuó mas de 27 arios, le quisieron ofrecer un banquete de despedida que el rechazo, y en su lugar, publicaron un folleto con su biografía y comentario a las obras que el había escrito. En 1954, después de dos años de su jubilación, publico en Montevideo su obra “Admirar es poseer”, en la que da a conocer capítulos de un gran libro que estaba escribiendo, y que según el seria su obra póstuma: “Discurso de la felicidad, un arte para ser muy rico”. Nos recuerda el discurrir de aquellos varones nobles y fuertes cuyas enseñanzas la historia guarda, no solo para ser conocida, sino también para que sean imitadas.
Víctor Fernández decía que, así como a los que han destacado en el comercio en América les han dedicado calles en Viniegra, “creía que Vicente A. Salaverry era merecedor de una, y que nada se perdería ponérselo a la calle de “Cardillo”, donde precisamente había nacido”.85′ Deuda que aún puede remediar la actual Viniegra.
(1) Víctor Fernández Villar fuel fundador y propietario de “El Najerilla”, revista hispano-americana fundada en Mansilla de la Sierra en 1929 y que, durante cuarenta años estuvo informando de la vida social serrana en ultramar.