Domingo Sangrador Bernáldez nació el 22 de febrero de 1870. Hijo de Andrés Sangrador, de oficio zapatero, natural de Becerril de Campos (Palencia) y de Juliana Bernáldez natural de Viniegra de Abajo. Fue el primero de los hijos de este matrimonio al que le seguirían otros dos hermanos varones, Nemesio y Valentín, y tres hermanas, Salvadora, Elvira y Brígida.
Domingo cursó sus estudios de enseñanza primaria en la escuela de Viniegra de Abajo y completó su educación en el ambiente familiar, y en el de la localidad. Según se recuerda en la familia, de adolescente quiso ir a Extremadura, para formarse corno torero en sus dehesas. Ya había comprado capa, muleta y otros accesorios. Su madre le organizó una bronca por todo lo alto. Como en aquellos tiempos los hijos obedecían más a sus padres, hizo caso a su madre y se fue rumbo a América, lo que cambió el destino de la familia Sangrador, pues los hermanos siguieron sus pasos. Seguramente, como era costumbre, llevaría cartas de presentación, tal vez para Elías Romero Laguardia, al que solían acudir muchos de los viniegreses que emigraron a Argentina, y una vez en ésta, después de unos años de aprendizaje, se establecería por su cuenta y formaría sociedad con otros.
En la Asamblea extraordinaria de la Asociación Protectora de 23 de febrero de 1913 en Viniegra de Abajo, se le reconoce como generoso protector de este pueblo de Viniegra, junto con Elías Romero Marull, Juan Martínez Torres y Pedro Montero. Además el hecho de que fuese elegido vicepresidente de honor y su hermano Valentín vicesecretario de la Asociación también en Buenos Aires y figurase como Presidente de Honor Elías Romero Marull y secretario de la Asociación Abel Romero Martínez, descendiente de D.Elías Romero Laguardia, da pie para poder pensar, que, desde el primer momento, los responsables de la tienda San Miguel y la familia Sangrador estaban estrechamente comprometidos con la Sociedad Protectora y con las finalidades que la misma fue desplegando, sobre todo en su primera etapa, y que seguramente se hicieron más explícitos en la citada asamblea de 23 de febrero de 1913.
Uno de los primeros socios de Domingo, pudo ser Juan García, pues se le nombra como tal, al donar a la Asociación en Buenos Aires mil pesetas, y en la que Domingo Sangrador donó una colección de postales en color con vistas de Viniegra, de las que se obtuvieron con su venta otras mil pesetas en 1913. La Sociedad pudo ir cambiando o ampliándose con otros socios. Así más tarde, tiene el nombre de “Sangrador, González, Echegaray. Importadores, Mercería, Tejidos y Novedades .Administración de propiedades”.
Domingo y Nemesio y su firma comercial, comenzaron pronto a destacar por su apoyo a Viniegra de Abajo con distintos donativos. Uno de sus primeros gestos, en el que dio a conocer su generosidad y amor a la escuela en la que cursó los estudios primarios, tuvo lugar en febrero de 1914, al celebrarse el día del Árbol en Viniegra de Abajo, siendo maestro de la escuela D. Hilario Martínez, quién en el documento preparativo del acto, dirigiéndose a los alumnos les dice que “Os diré en este instante, allá por la Soledad, nos llevarán esta tarde y a los lados del camino plantaremos unos árboles que han traído de Logroño por encargo de un señor que todos le conocéis, D. Domingo Sangrador y qué clase de árboles ponemos?, yo creo que son acacias”… Al mes siguiente, Domingo Sangrador dona a la escuela de niñas libros y material de enseñanza por importe de 273,90 pesetas y a la de niños también, por los mismos conceptos la cantidad de 331,60 pesetas.A estos donativos a la escuela les seguirían otros, como la compra de la máquina de escribir para la escuela de niños y la de coser y bordar para la de niñas, y el regalo de la biblioteca escolar para ambas escuelas.
Su actuación a favor de toda la villa de Viniegra se inicia en agosto de 1919. Antes de que en la asamblea ordinaria de 22 de setiembre de 1919, se modificase el art. 2° de los Estatutos, para introducir una nueva finalidad de la Asociación, la de “Ayudar a las empresas del municipio o de los particulares que intenten el mejoramiento y ornato de la villa”, pues en agosto tuvo lugar el acto convocado por el alcalde de Viniegra, Juan Pedro Montero, a su vez presidente de la Asociación. A ese acto se invitó a Domingo Sangrador, que movido también por su cariño y generosidad por Viniegra, hizo el ofrecimiento de 50.000 pesetas en nombre propio y de la Sociedad mercantil de la que formaba parte, para que fuesen invertidas en la obra que más beneficiase al vecindario en general. Este hecho pone de manifiesto, las relaciones y ascendiente que tenía con la Asociación Protectora de Viniegra de Abajo, desde el mismo momento de su constitución, pues así como la otra finalidad con la que se ampliaron los fines de la Asociación, se venía tratando en sesiones anteriores, ésta aparece por primera vez en el momento en que se aprueba, en la citada asamblea ordinaria, por lo que cabe pensar que obedecía al ofrecimiento que, previamente, había hecho Domingo Sangrador.
El ofrecimiento fue acogido con entusiasmo por el público asistente y, aunque prevaleció la idea de que la obra más necesaria era la de dotar al municipio de agua corriente y alcantarillado, las obras de mejora se iniciaron el mismo año, con obras en distintas calles. Dentro de esta misma disposición se encuentra la invitación al banquete que dio al día siguiente, a una representación de 60 vecinos de Viniegra de Abajo y de Viniegra de Arriba, que se reunieron para impulsar el arreglo del camino entre esas dos villas, y en la que se estrecharon los lazos entre ambas, para que el proyecto llegase a feliz término. Este año, al terminar su estancia en Viniegra, en el mes de setiembre Domingo Sangrador salió, con su esposa e hijas, a visitar diversas regiones de España, Francia e Italia, tal vez también para hacer compras para la casa comercial de Buenos Aires. A despedirlo salió numeroso público, que al partir el automóvil prorrumpió en vivas, manifestando el deseo de que volviesen al año siguiente.
En julio de 1920, como habían prometido, asistieron a la fiesta de Santiago, en la que su hermano Nemesio portó a hombros el santo, en la procesión. Esta vez Domingo estaba acompañado de Eduardo González, de la firma Sangrador González y Cía., de Buenos Aires, natural de Betanzos (La Coruña). El pueblo al saberlo, formó una comisión integrada por miembros del Ayuntamiento, de la Asociación Protectora y de la de Médico y Botica que se personó en el domicilio de Domingo para agradecer al Sr. González su generosidad con Viniegra. El Sr. González, les agradeció su visita y encomió la labor que venía realizando la Asociación y los fines que perseguía, dando un Viva a Viniegra de Abajo, que fue contestado con otro Viva Betanzos. En esta fiesta había la costumbre, al final de la misa y procesión, de subastar un borrego, donado por uno de los ganaderos de la villa. En esta ocasión pujó por él el Sr. González al que se le adjudicó y volvió a donarlo, quedándoselo en segunda subasta la esposa de Domingo Sangrador, Emilia Ferro, que fue ovacionada. El día 27 y en su auto particular, el Sr. González partió para Betanzos, prometiendo volver al año siguiente con su hermano Victoriano. Los hermanos Sangrador, a su vez, partieron con sus respectivas familias a Barcelona rumbo a América.
En el verano de 1920, se concretaron más las obras a llevar a cabo con su oferta de 50.000 pesetas del verano anterior. Se nombró una comisión para la ejecución de las mismas, presidida por su hermano Valentín. Figuraban, entre otras, el conducir el agua de la fuente de los Caños con una tubería a las inmediaciones de la Posada, en la calle de Josefa Martínez, e instalar una fuente, de forma que en caso de incendio se pueda aprovechar todo el caudal de los dos caños; en la parte superior del prado de Santiago se construirá un nuevo muro de hormigón que sirva de defensa a las avenidas del río y otro más, con el mismo objeto, por encima del Plantío de la villa, adosado al canal de León Moreno, por ser este un sitio que ofrece bastante peligro; el Plantío se cercará con una nueva pared, por no ofrecer seguridad la que tiene y para evitar que entren animales al mismo; por encima de Puente Canto y por el lado del pueblo hasta la huerta de los herederos de Gregoria Toresano, se construirá un cómodo lavadero, bien cubierto, resguardado todo él por la parte de la carretera, con una verja de hierro; se pedirá presupuesto de estufas para las escuelas y para una carnicería modelo, por último se encauzará el río desde la Fuentina hasta cerca del puente, por medio de un muro o malecones, y en el cascajar existente se construirá un hermoso paseo al que se dará el nombre de “La Concha”.
Todos los veranos, mientras vivía su madre, los hermanos Sangrador visitaban Viniegra. En 1924, cuando regresa de nuevo Domingo, fue recibido por las autoridades civiles, eclesiásticas y niños de las escuelas con sus respectivos profesores y buen número de vecinos. Al descender del auto el Sr. Alcalde le dio la bienvenida en nombre del vecindario, y también un niño, en nombre de los niños y niñas de ambas escuelas, terminando con un ¡Viva el Hijo predilecto de esta villa! A continuación un grupo de niñas le hizo entrega de un precioso ramo de flores dedicado a su esposa e hijas Josefina y Julita. En agosto de este mismo año Domingo Sangrador regresa a Génova, al lado de su familia. Similar recibimiento tuvo en mayo de 1925, cuando regresa acompañado de sus hijas y su hermano Valentín. Este año los hermanos Nemesio y Domingo, donan a la iglesia el valioso y bonito púlpito que fue colocado en el mes de junio para que se inaugurase en las fiestas de Santiago. De nuevo, en diciembre, Domingo embarca con su familia a Génova para regresar después a Argentina y Nemesio con la suya a Argentina desde Barcelona.
Cuando en setiembre de 1926 Domingo regresa a Viniegra, después de haber pasado por Italia, se estaba procediendo a desempedrar y quitar los asientos de la calle Domingo Sangrador, desde las escuelas hasta su huerta, más la Plaza de la Generala y la calle de Juan Martínez. En ambas el empedrado se sustituía por cemento, y en la carretera se hacía un cordón del mismo material para el paso del agua de riego a las huertas. Los asientos se construían también de cemento. En las breves horas que en junio de 1927, permaneció con su familia y hermanos en Viniegra, visitó las obras que se estaban realizando en el ornato de la villa. Entre esas figuraban, el encementado del pórtico de la iglesia, el ensanche de la plaza de la misma y la construcción de la pared de las huertas de las casas nuevas, frente al chalé de Pedro Montero, y entre las que se iban a realizar en breve, estaba el encementado de la plaza de Elías Romero, desde el juego de pelota hasta la casa de los hermanos Críspulo y Vicente Martínez. El 21 dejulio de este mismo año fueron huéspedes, de Domingo y Nemesio Sangrador el Excmo. Sr. D.Fabiani Gobernador Civil de la provincia y ex-alcalde de Zaragoza, y los Excmos. Sres. Herrero de Tejada, y Vicente García del Valle, presidente y vicepresidente de la Diputación, seguramente para interesarse por las obras que se venían realizando y también por el proyecto de agua corriente y alcantarillado, de las que les habría hablado también Saturnino Briones. Unos días más tarde, en el mismo mes, visitó también Viniegra D. Francisco Fernández, ingeniero Jefe de la División Hidrográfica del Ebro, con residencia en Zaragoza, que dejó las mejores impresiones en lo referente a la aprobación del proyecto de aguas, y en su trato amable y deferente, y en su ofrecimiento para asistir a la inauguración de las obras.
El 9 de julio de este mismo año se celebra una simpática fiesta con motivo del cambio de nombre de la, hasta entonces, Plaza de la Generala, en recuerdo del General Izquierdo natural de Viniegra de Abajo, por la de Plaza de la República Argentina, promovida por el alcalde Daniel Valenciaga. En la misa que tuvo lugar para este acto, lució por primera vez, una valiosa y artística lámpara que habían regalado Domingo y Nemesio Sangrador. Y el mismo día, por la tarde tuvo lugar la fiesta infantil en homenaje a la familia Domingo Sangrador y a Argentina, a la que se hace referencia en otro lugar. Al término de su estancia en Viniegra salieron para Italia y San Sebastián los hermanos Domingo y Nemesio Sangrador con sus respectivas familias, prometiendo que volverían el próximo verano .
En marzo de 1928 se tuvo noticia que Domingo iba a construir su nueva casa en la huerta que poseía, frente la casa de Pedro Montero Montero, y en el mes de junio, cuando regresa, su esposa e hijas, donan a la iglesia una bonita y valiosa pila de mármol para el agua bendita. También se anuncia que el día de Santiago, gracias al altruismo de Domingo, amenizará la fiesta la magnífica banda del regimiento de Bailén de Logroño, dirigida por su notable director Sr. Gasea, por lo que se preveía una gran afluencia de forasteros. Se anuncia también para ese día, la inauguración de la estación municipal telegráfica de ésta a Ortigosa de Cameros, costeada por los hermanos Sangrador y a cuyo cargo, por deseo expreso de ellos, estará el joven Francisco Montalvo. El día de Santiago se encontraban en Viniegra los hermanos Domingo y Nemesio Sangrador con sus familias y a las 9 de la mañana llegó la banda del Regimiento de Bailén con el director Sr. Gasea, que fue recibida por numeroso público y disparo de cohetes, recorriendo las calles de la villa al son de una bonita marcha. Este día se inauguró la pila para el agua bendita a la que se ha hecho mención.
Este mismo año se comenzó a construir el chalé de Domingo, confirmándose la noticia dada en marzo, y los señores que forman la Razón social bonaerense Sangrador González-Echegaray y Cía, adquirieron el vetusto edificio llamado Horno de las Ánimas y las Eras de Santiago, que donaron al municipio, para la mejora del ornato de la villa, con el derribo del mismo. Al igual que otros años, al término de su estancia en Viniegra, Domingo y familia salieron para Italia, para regresar en diciembre a Barcelona y embarcarse en el vapor Julio Cesar rumbo a Argentina, dejando la construcción del chalé muy adelantada, a la que se había echado el suelo de cemento armado del primer piso. Nemesio salió para San Sebastián con la suya. El alcalde, en nombre del pueblo, salió a despedirlos.
En junio de 1929 Domingo, acompañado de su socio Sr. González y de su hermano Valentín, visitaron Viniegra para dar las últimas instrucciones para la terminación de su chalet, y prometió regresar dentro de breves días en compañía de su esposa e hijas. Este año, por “Obras Sangrador”, se había construido una hermosa acera de cemento en la plaza de la iglesia hasta la casa de Catalina Bernáldez y estaba previsto que, en la próxima primavera se construyese también en la calle Real y adyacentes. A cargo de esta misma cuenta se plantaron 40 nogales, desde la Fuentina hasta el Plantío, dedicados a igual número de niños de la escuela. En julio de 1930 se habían invertido, con cargo a la cuenta Sección Obras Sres. Sangrador, 9.200 pesetas con lo que lo invertido hasta esa fecha con cargo a la misma ascendía a 82.928,17 pesetas, y aún quedaban 4.500 pesos, de los 23.500 con los que se había iniciado la cuenta, para invertirlos en las aceras de cemento de todo el pueblo, arreglo de empedrado en varias calles y nogales hasta el plantío.
Las visitas a Viniegra para pasar las vacaciones y regresar Domingo a Italia y Nemesio a San Sebastián, se reiteraron hasta 1932, y en la última quincena de julio de 1933 vino con ellos, con licencia temporal, el capitán de aviación Gancedo, hijo político de Domingo Sangrador, casado con Josefa Benito Ferro, hija del primer matrimonio de su esposa, volviendo los tres hermanos Sangrador en junio de 1934. Este año se abrió nuevamente al culto la ermita de La Soledad, después de haberse realizado en ella una importante reforma. Nuevo piso de preciosos azulejos, zócalo de cemento y el pórtico cerrado con una bonita verja de hierro. También al cementerio viejo le fue sustituida su vieja y deteriorada puerta de madera por una muy hermosa de hierro. Ambas obras fueron costeadas, por Emilia Ferro de Sangrador.
Este mismo año se habían llevado a cabo también, con cargo a los hermanos Sangrador, el encementado desde la esquina de Domingo Sangrador, por detrás de las casas, y el ensanche de Nemesio hasta el juego de pelota, y acera de la carretera a la ermita de la Soledad. Así mismo, por el contratista Julián Alarcia Ayala, de Alesanco, se estaba terminando el asfaltado de la carretera desde Puente Canto a la Soledad, y los empalmes de las aceras de la calle del Fresno a la de D. Elías Romero, y la calle Fría desde la carretera a lo de Donato Cubillas, por la calle “Conejera”. En septiembre de este mismo año Cayetano Berger, de Logroño, acompañado de Alejandro e Isidoro Soria, viajan a Viniegra para reformar la escalera de la casa de Domingo, quien en septiembre de 1935, regresa a Viniegra con su familia, después de viajar por distintos países de Europa, y el Sr. Perea de Logroño coloca un bonito esquilón en la ermita de la Soledad, donado por Domingo.
En noviembre de 1937, el periódico La Rioja daba la triste noticia de que, en accidente de aviación, había fallecido José Gancedo Sáenz, joven capitán de aviación, en un accidente en el campo sevillano de Tablada, que estaba casado con una hija de Domingo. El capitán Gancedo, condecorado con la medalla militar, tres cruces de Mª Cristina y del mérito militar con distintivo rojo, tenía en Logroño numerosas amistades que había conseguido por su trato afable y caballeroso. El acto del entierro del infortunado aviador que se celebró en Málaga, así como el traslado de Sevilla, constituyeron grandes manifestaciones de dolor, habiendo recibido la familia innumerables testimonios de condolencia.
La muerte de su yerno y la de su hermano Nemesio en 1938 en París, dejaron en Domingo una profunda pena, que unida a la Guerra Civil, motivó que dejase España durante ésa y la segunda Guerra Mundial. Regresó de Argentina en septiembre de 1946, en que pasó unas horas en Viniegra acompañado de su esposa, su hermana política Claudia Mendizábal y las hijas de ésta, Carmen y Maribel. De su visita a Viniegra se dejó constancia en el acta de la asamblea de la Asociación de 22 de setiembre de este mismo año, en cuya sesión, el presidente de la misma Amado Moreno, manifestó que, “aunque ya es del conocimiento de los señores que componen la Junta, desea dejar constancia de la gran satisfacción producida con la visita a este pueblo de nuestro estimado fundador y consocio de la Asociación Domingo Sangrador, el cual, con los nobles sentimientos que le caracterizan y animan, recorrió en compañía de los miembros de la Junta y socios más caracterizados, todo el pueblo, deleitándose con los lugares de su preferencia y realizando una visita al local social, y tuvo frases de elogio por las obras realizadas y llevadas a efecto durante su ausencia. Con el entusiasmo que siempre le animaba incitó a los miembros que componían la directiva para que, con el debido tesón, trabajen e inviertan los fondos de que se dispone para mejoras del pueblo, pues, al decir de él, redundaría en beneficio general de todo el vecindario. Frases a las que esta Junta Directiva, valorándolas, prestará toda su atención”.
En julio 1948 regresó de nuevo a Viniegra acompañado de su esposa, hijas y nietas, volviendo en agosto de 1951 con Claudia Mendizábal y sus respectivas familias. Para entonces había fijado ya su residencia en Madrid, en la casa situada en la confluencia de la calle Gran Vía con Alcalá.
En febrero de 1954, El Najerilla daba la noticia de que había fallecido en Madrid, a los 86 años de edad Domingo Sangrador, el hijo predilecto de esta villa. “Su muerte ha sido hondamente sentida por todo el pueblo, ya que dicho señor era uno de los principales cooperadores económica y moralmente del bienestar que disfrutamos todos los hijos de Viniegra. Tenía anunciado pasar en ésta los meses de verano”. “El Ayuntamiento de Viniegra, en sesión celebrada en agosto 1954, como muestra de reconocimiento y agradecimiento de su generosidad con la villa, acordó, por unanimidad, colocar en el salón de sesiones los retratos de Nemesio y Domingo Sangrador, que juntamente con los de Elías Romero y Venancio Moreno, ya existentes, van formando el grupo de los principales cooperadores al bienestar que disfruta este pueblo”.
Cuando sus descencientes dejaron de venir este palacete fue vendido y es propiedad hoy de la familia Espiga de Pablo.